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10 marzo 2007

Hospitales de Málaga colapsados.....en MalagaHoy

02:56 LEONOR GARCÍA
n MÁLAGA. La falta de camas empieza a ser un problema habitual en la sanidad pública. Hace menos de un mes, los sindicatos denunciaban que en habitaciones de tres enfermos del Carlos Haya se estaban poniendo a cuatro pacientes para poder dar respuesta a un pico de demanda. Esta semana, el hospital ha tenido que volver a colocar camas adicionales para atender un incremento de ingresos. Los días de más colapso fueron el miércoles y el jueves, sobre todo en la planta de Traumatología. Ayer, un hombre que acompañaba a su mujer recién operada de una pierna era muy gráfico: "Ha habido momentos en los que casi no se podía dar de comer a los enfermos porque no había sitio". El acompañante de habitación apuntaba que algunos ingresos en esas camas x se habían producido durante la madrugada.
Ayer, en toda la planta apenas quedaba una cama extra. Enfermos y familiares coincidían en que las altas dadas a lo largo del día habían contribuido a aliviar la situación. Un hombre trasladado desde Melilla era, al mediodía, el único paciente x, como ya se denomina en la jerga del hospital a los que ocupan las plazas adicionales que se habilitan de urgencia para atender los picos de demanda. Las camas x se colocan a los pies de las otras tres previstas en la habitación, justamente debajo del aparato de televisión.
Una mujer mayor que estaba ayer en una habitación para dos pacientes confirmaba la saturación sufrida en la planta las jornadas anteriores: "De los cuatro días que llevo ingresada, dos he estado en una de esas camas x; pero no me podían cambiar porque esto estaba a tope. Ahora estoy en la gloria". Su compañera de habitación era ucraniana. Ella no tenía quejas.
Una trabajadora, al hilo de los comentarios de los pacientes, acotaba: "Esto está sobrecargado porque falta sitio. Hoy ha habido altas y no se nota tanto, pero otras veces es horrible". Su uso cada vez más habitual, provoca que la mayoría de pacientes y familiares contesten sin titubeos cuando se les pregunta por las camas x. "Sí, son esas que ponen en los pasillos cuando falta sitio", llegan a explicar.
Una joven a quien ayer acompañaba un familiar reconocía que no lo sabía. Pero lo aprendió el mismo día de su ingreso. Le tocó una habitación de 3 ampliada a 4. Como tenía la pierna rota y no podía levantarse, tenía que usar la cuña. Como ella ocupaba una de las camas adicionales, la auxiliar le informó que la suya (en la foto) era la x. En los servicios de las habitaciones pueden verse las cuñas identificadas con las letras a, b, c (las tres camas habituales) y x (de la adicional).
El hospital reconoció que ha tenido que echar mano de este recurso para atender un demanda superior en los últimos días. Pero asegura que ha sido "en algún servicio y en algún momento". Una portavoz admitió que se ha tenido que poner "alguna cama más", pero insistió en que de manera puntual. Según los datos del centro sanitario, su ocupación es del 80,08 por ciento.
Algunos familiares se quejan más y otros asumen la situación con bastante resignación. Un hombre relató que ya es la segunda vez en lo que va de año que pisa el hospital. La primera fue en enero porque su mujer se rompió el fémur. Entonces, había camas x. "Ahora hemos vuelto para que le quiten un aparato que le pusieron entonces y también hay de esas camas", afirmaba.
En casi la mitad de las habitaciones había al menos un paciente que había estado en una cama x o que la había compartido con un paciente x. Hace apenas tres semanas, UGT y CCOO reclamaban la creación de 700 camas de hospital en los próximos dos años. Ambas organización han advertido varias veces que la falta de sitio que empieza a ser cada vez más frecuente es un "aviso" del colapso que puede producirse si no se remedia el déficit a corto plazo.
Ayer, un joven opinaba mientras daba de comer a su padre convaleciente: "Sería necesaria una ampliación del hospital o derivar pacientes a otros centros". Su padre compartía la habitación con otros tres pacientes más. A los pies de su cama estaba el único paciente x que quedaba a esa hora en la planta tras las altas: el de Melilla.
En una habitación cercana había un enfermo de origen marroquí residente en Málaga. Era la hora del rezo. Pero lo interrumpió para confirmar con escuetas palabras que en su habitación hubo camas x: "Ya no". No se entretuvo en la respuesta y, mirando a la Meca, siguió orando.

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